jueves, 27 de agosto de 2009

RAPIDA VISITA A COLMAR CON CONTADOR DE PASADA












Como todos los anos, mi hermana ha venido a visitarme. Si no fuera por ella, diríase que a mi
familia no le interesa lo más mínimo ni mi vida en Alemania ni el país propiamente dicho. No me olvido ni quiero quitar méritos a mis sobrinos que durante anos vinieron religiosamente todos los veranos a pasar dos semanas conmigo. Pero de eso ya han pasado anos. A ella le gusta venir y a mi que venga y la verdad es que lo pasamos bien. Paseamos, charlamos, comemos, bebemos y siempre hacemos un pequenisimo viaje para ver otras ciudades y visitar museos y exposiciones, eso nos entretiene y además me culturiza que no me viene nada mal.



Este ano ha tocado Francia: Estrasburgo y Colmar. Y con La Vuelta ciclista topamos. Hay que decir que nos persiguen los eventos deportivos. El ano pasado estuvimos en Basilea y nos toco la Eurocopa de fútbol, por ambiente y charanga que no quede.

Estrasburgo lo conociamos osea que no le dimos más importancia que un paseo nocturno, una buena cena en Chez Yvone y un viaje accidentadado en tranvía. Y al día siguiente Colmar, ya nos advirtió mi cunado, su marido- que nos toparíamos de bruces con la Vuelta- Menos a Contador, vivos a todos, sólo oimos gritar su nombre y ondear muchas banderas espanolas. Pasó veloz al grito de Contadooooooooooooor!!!!!!!!!!! fue visto y no visto. En un momento el gentio se disolvió y como si no hubiera habido ni una bici ni un seguidor, la ciudad volvió a su ritmo: pasear y disfrutar.
Claro que con los franceses siempre hay que estar alerta. Elegimos un restaurante con terraza y mirando a uno de los muchos canales que están esparcidos por la ciudad. Ya nos dimos cuenta que el restaurante además de precio tenia mucho teatro y representación por parte la maitre-camarera. Cada plato que servia lo describía y lo titulaba, en una de estas se me ocurrió- por Dios que sagrilegio-
interrupirla cuando estaba en medio de su actuación-HORRROR- me reprendió con un "los espanoles siempre tan poco disciplinados", por supuesto no dejamos ni medio euro de propina y cuando saliamos la aleccionamos diciendo que a los clientes no se les insultaba.

Aún así merece la pena visitar una ciudad como Colmar, parte de la región alsaciana, llena de encantadoras esquinas bordeada por canales y alguna que otra vez ondeando banderas espanolas.